La idea de documentar los pasos que seguimos durante la preparación de nuestros alimentos es bastante antigua. De hecho, existen registros de cómo documentaban y preparaban los alimentos civilizaciones antiguas; bárbaros, romanos, hunos, chinos, griegos, incluso en las civilizaciones precolombinas.

Hoy les vamos a contar sobre uno de los primeros recetarios de la historia de la humanidad. Muchos afirman que estas recetas son ejecutables en la actualidad, dando cabida a un nuevo mundo de sabores y fragancias. Un cerrajero estudia la historia de las cerraduras para entender mejor su oficio, lo mismo hacen los cocineros aprendiendo sobre los gastrónomos y cocineros del mundo antiguo.

Marco Gavio Apicio

Considerado el primer gastrónomo de la historia, Marco Gavio Apicio nació en el siglo I de nuestra era y vivió durante el mandato de los emperadores Augusto y Tiberio. Siendo hijo de terratenientes, decidió invertir su fortuna rodeándose de cocineros, agricultores, artesanos, ganaderos, bodegueros y toda aquella persona que fuese capaz de ofrecer los más refinados alimentos.

Vivió una vida de excesos; llegó un punto donde sus bacanales habrían consumido su patrimonio hasta dejarlo solo con la décima parte de los mismos. Apicio era un hombre bastante importante, además de rico, que no le gustaba escatimar al momento de disfrutar de comida.

La verdad, Apicio no solo se dedicó al consumo exacerbado de auténticos manjares de su época, sino también a crear recetas propias y documentar las existentes y mayor renombre de la cocina Romana clásica en su libro “De re coquinaria”.

“De re coquinaria”, su obra maestra

Las más antiguas copias de esta magistral obra de la literatura culinaria datan del Siglo V, aunque los griegos habían documentado recetarios y procesos culinarios previamente, se le considera como uno de los primeros libros de cocina de todos los tiempos.

Algunas de las recetas fueron reformuladas con el pasar del tiempo para adaptarse a las nuevas lenguas en las que podría ser leído este ejemplar; muchas de las preparaciones se caracterizan por el uso de hierbas y especies, así como por el contraste entre sabores antagónicos. Muchos autores coinciden en el hecho de que es de las principales influencias en la gastronomía mediterránea. Un compendio de 10 partes componen a “De re coquinaria”, donde se documentan incluso procesos complejos para conservar alimentos.

Otro de los temas que saltan a la vista, es el uso constante del “garo”. Esto es una salsa de pescado que servía de acompañamiento, o de salsa base, en múltiples preparaciones; se le considera la “kétchup” (salsa de tomate) de la antigüedad.

La primera persona del mundo en considerarse como gastrónomo nos demostró que las recetas de su tiempo no eran complejas y, aún muchos siglos después, ha puesto en evidencia lo mucho que nos queda por aprender. En línea puedes encontrar un ejemplar, gratuito, de este antiquísimo recetario que está escrito en latín y traducido al español.

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